En este artículo hacemos un análisis de las elecciones legislativas de Colombia 2026, los nuevos candidatos que buscan renovar el Congreso y el impacto de los cambios en la composición parlamentaria para el futuro político del país. Conoce las figuras emergentes y las transformaciones del poder legislativo.
El Congreso en juego: Una renovación necesaria para Colombia.
A menos de un año para las elecciones legislativas de Colombia, programadas para el 8 de marzo de 2026, el panorama político nacional comienza a configurarse con nuevos rostros y propuestas que buscan renovar la composición del Congreso de la República. Estas elecciones, que precederán a los comicios presidenciales de mayo del mismo año, no solo definirán la conformación del poder legislativo para el periodo 2026-2030, sino que también establecerán el equilibrio de fuerzas políticas que condicionará la gobernabilidad del próximo presidente.
El proceso electoral legislativo de 2026 presenta características particulares que lo diferencian de procesos anteriores. Por primera vez desde la firma del Acuerdo de Paz en 2016, el partido Comunes (anteriormente FARC) no contará con los cinco escaños garantizados en cada cámara, lo que implica que deberá competir en igualdad de condiciones con las demás fuerzas políticas. Además, la creciente fragmentación del espectro político colombiano, con nuevos movimientos y liderazgos emergentes, anticipa una contienda electoral altamente competitiva.
“Las elecciones legislativas de 2026 representan una oportunidad histórica para renovar el Congreso con perfiles técnicos y ciudadanos comprometidos con las transformaciones que el país necesita”, señala Clara López Obregón, exministra y analista política, quien destaca la importancia de este proceso electoral para el futuro de la democracia colombiana.
Sistema Electoral y distribución de escaños: Las reglas del juego.
Para comprender la magnitud de estas elecciones, es fundamental conocer el sistema electoral y la distribución de escaños que regirá el proceso. En 2026, los colombianos elegirán 103 senadores y 183 representantes a la Cámara, conformando un Congreso bicameral de 286 legisladores.
En el Senado de la República se elegirán 100 senadores por circunscripción nacional, dos por circunscripción especial indígena, y uno correspondiente al candidato presidencial que obtenga el segundo lugar en las elecciones de mayo. Por su parte, la Cámara de Representantes estará compuesta por 161 representantes territoriales (distribuidos según la población de cada departamento), 16 representantes de las circunscripciones especiales para la paz, dos por comunidades afrodescendientes, uno por comunidades indígenas, uno por la comunidad raizal de San Andrés y Providencia, uno por la circunscripción internacional, y uno correspondiente a la fórmula vicepresidencial que ocupe el segundo lugar en las elecciones presidenciales.
“El sistema electoral colombiano, con su combinación de circunscripciones nacionales, territoriales y especiales, busca garantizar la representación de diversos sectores de la sociedad. Sin embargo, la barrera electoral del 3% para el Senado sigue siendo un desafío para nuevos movimientos políticos”, explica Mónica Pachón, doctora en Ciencia Política y experta en sistemas electorales.
La distribución de escaños se realizará mediante el sistema D’Hondt, que favorece a los partidos con mayor votación, con una barrera electoral del 3% para el Senado y del 50% del cociente electoral para las demás circunscripciones. Este sistema ha sido objeto de debate, pues algunos analistas consideran que dificulta la entrada de nuevas fuerzas políticas al Congreso.
Nuevos liderazgos y renovación generacional
Uno de los aspectos más destacados de las elecciones legislativas de 2026 es la emergencia de nuevos liderazgos que buscan renovar la composición del Congreso. Según un estudio reciente del Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, el 42% de los colombianos considera que es necesaria una renovación total de la clase política, mientras que un 37% cree que se requiere una combinación de experiencia y nuevos liderazgos.
Entre las nuevas figuras que aspiran a llegar al Congreso se encuentran líderes sociales, académicos, empresarios y representantes de movimientos ciudadanos que han ganado visibilidad en los últimos años. Destacan nombres como Carolina Giraldo, líder ambientalista que ha liderado importantes movilizaciones contra la minería ilegal; Andrés Hernández, economista y activista anticorrupción; y Luz Marina Bernal, defensora de derechos humanos y representante de las víctimas del conflicto armado.
“Estamos presenciando la emergencia de una nueva generación política que combina formación técnica con compromiso social y experiencia en el territorio. Estos nuevos liderazgos podrían transformar la dinámica legislativa si logran superar las barreras del sistema electoral”, afirma Rodrigo Uprimny, jurista y columnista político.
En el espectro ideológico, se observa una diversificación de las opciones políticas, con nuevos movimientos que no se identifican plenamente con las categorías tradicionales de izquierda y derecha. Plataformas como “Colombia Posible”, “Renovación Ciudadana” y “Alianza por el Cambio” buscan posicionarse como alternativas a los partidos tradicionales, con propuestas centradas en la lucha contra la corrupción, la sostenibilidad ambiental y la innovación tecnológica.
El impacto de las Circunscripciones Especiales para la Paz
Un elemento distintivo de las elecciones legislativas de 2026 será la segunda elección de representantes por las 16 Circunscripciones Transitorias Especiales para la Paz (CTEP), creadas como parte del Acuerdo de Paz para garantizar la representación política de las zonas más afectadas por el conflicto armado.
La primera experiencia de estas circunscripciones en 2022 mostró resultados mixtos. Si bien permitió la llegada al Congreso de líderes territoriales históricamente excluidos, también evidenció desafíos en términos de articulación con la agenda legislativa nacional y efectividad en la representación de las comunidades.
“Las CTEP representan una oportunidad histórica para que las voces de los territorios más afectados por el conflicto tengan representación directa en el Congreso. Sin embargo, es necesario fortalecer las capacidades técnicas y políticas de estos representantes para que su labor legislativa sea más efectiva”, señala Juanita Goebertus, exrepresentante a la Cámara y experta en construcción de paz.
Para las elecciones de 2026, se espera una mayor competencia en estas circunscripciones, con la participación de organizaciones sociales, víctimas del conflicto y líderes comunitarios que buscan representar las necesidades específicas de sus territorios en el debate legislativo nacional.
Mujeres y Jóvenes: Protagonistas de la renovación
La participación de mujeres y jóvenes en las listas al Congreso se perfila como uno de los factores más relevantes de la renovación política en 2026. Según datos de la Registraduría Nacional, en las elecciones de 2022 las mujeres ocuparon el 38% de las curules del Congreso, cifra que podría aumentar significativamente en 2026 gracias a la consolidación de liderazgos femeninos en diversos sectores políticos.
“La participación política de las mujeres ha evolucionado de ser una cuestión de cuotas a convertirse en un factor determinante para la calidad de la democracia. Las mujeres están liderando agendas transformadoras en temas como educación, salud, medio ambiente y construcción de paz”, destaca Angélica Lozano, senadora y referente del liderazgo femenino en la política colombiana.
Por su parte, los jóvenes menores de 35 años también buscan aumentar su representación en el Congreso, que actualmente no supera el 15% de las curules. Movimientos como “Jóvenes por Colombia” y “Nueva Generación Política” están promoviendo candidaturas de líderes juveniles con experiencia en activismo social, emprendimiento y academia.
“La participación de jóvenes en el Congreso no solo representa un cambio generacional, sino también la incorporación de nuevas agendas y formas de hacer política. Los jóvenes están más conectados con temas como la crisis climática, la transformación digital y la economía naranja”, explica Daniel Brinks, politólogo y director del Centro de Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas.
Desafíos para los partidos tradicionales.
Las elecciones legislativas de 2026 presentan importantes desafíos para los partidos tradicionales, que enfrentan una creciente desconfianza ciudadana y la competencia de nuevos movimientos políticos. Según la última encuesta de Invamer, solo el 12% de los colombianos confía en los partidos políticos, lo que refleja una crisis de representatividad que podría traducirse en una reconfiguración del mapa político en el Congreso.
El Partido Liberal, el Partido Conservador y Cambio Radical, que históricamente han mantenido una presencia significativa en el legislativo, deberán renovar sus listas y propuestas para conectar con un electorado cada vez más exigente y diverso. Por su parte, el Centro Democrático y el Pacto Histórico enfrentan el desafío de mantener su cohesión interna y ampliar su base electoral más allá de sus liderazgos carismáticos.
“Los partidos tradicionales están en una encrucijada: renovarse o perder relevancia. Aquellos que logren incorporar nuevos liderazgos y adaptarse a las demandas ciudadanas podrán sobrevivir; los demás corren el riesgo de convertirse en fuerzas marginales”, advierte Francisco Gutiérrez Sanín, investigador y analista político.
En este contexto, las alianzas y coaliciones jugarán un papel fundamental en la configuración del nuevo Congreso. Se anticipa la formación de bloques programáticos que trasciendan las etiquetas partidistas tradicionales, agrupando a fuerzas políticas en torno a agendas comunes como la lucha contra la corrupción, la sostenibilidad ambiental o la reactivación económica.
Temas que definirán la Agenda Legislativa 2026-2030
Las elecciones legislativas no solo determinarán quiénes ocuparán las curules del Congreso, sino también qué temas dominarán la agenda legislativa para el periodo 2026-2030. Según expertos en análisis político, cinco grandes ejes temáticos marcarán el debate parlamentario:
1. Implementación de reformas estructurales: El próximo Congreso deberá abordar la continuidad o modificación de las reformas impulsadas durante el gobierno Petro en áreas como salud, pensiones, educación y trabajo.
2. Seguridad y paz territorial: La política de seguridad y los procesos de paz con grupos armados ilegales seguirán siendo temas centrales del debate legislativo, con posiciones que van desde el enfoque de seguridad humana hasta posturas más orientadas al fortalecimiento militar.
3. Transición energética y política ambiental: El balance entre desarrollo económico y sostenibilidad ambiental, particularmente en lo relacionado con la transición energética y la explotación de recursos naturales, será un tema de intenso debate.
4. Transformación digital e innovación: La adaptación del marco normativo a los desafíos de la cuarta revolución industrial, incluyendo regulación de nuevas tecnologías, economía digital y modernización del Estado.
5. Descentralización y autonomía territorial: El fortalecimiento de las entidades territoriales y la distribución equitativa de recursos entre regiones será un tema prioritario, especialmente para los representantes de departamentos históricamente marginados.
“El próximo Congreso tendrá la responsabilidad de construir los consensos necesarios para avanzar en estos temas fundamentales. La calidad del debate legislativo y la capacidad de articulación entre diferentes fuerzas políticas serán determinantes para el éxito de esta agenda”, señala Sandra Borda, politóloga y columnista.
El Papel de las regiones en la configuración del Nuevo Congreso.
La representación regional en el Congreso, particularmente en la Cámara de Representantes, será otro factor clave en las elecciones de 2026. La distribución de curules por departamento refleja las asimetrías demográficas del país: mientras Bogotá contará con 18 representantes y Antioquia con 17, departamentos como Amazonas, Guainía y Vaupés tendrán apenas 2 cada uno.
Esta disparidad plantea desafíos para la representación equitativa de los intereses territoriales en el debate nacional. Sin embargo, también abre oportunidades para que liderazgos regionales emergentes lleven al Congreso agendas específicas de sus territorios.
“Las regiones están demandando mayor protagonismo en la toma de decisiones nacionales. Los próximos representantes a la Cámara tendrán el desafío de articular las necesidades específicas de sus departamentos con una visión de país”, explica Alejandra Barrios, directora de la Misión de Observación Electoral (MOE).
En departamentos como Chocó, La Guajira y Putumayo, históricamente afectados por la pobreza y el conflicto armado, están surgiendo movimientos cívicos que buscan llevar al Congreso agendas centradas en el desarrollo territorial, la protección ambiental y los derechos de las comunidades étnicas.
Un Congreso para los Nuevos Tiempos.
Las elecciones legislativas de 2026 representan una oportunidad histórica para renovar el Congreso colombiano con perfiles diversos, técnicamente preparados y comprometidos con la transformación del país. La combinación de nuevos liderazgos, mayor participación de mujeres y jóvenes, y la representación de territorios históricamente excluidos podría configurar un legislativo más conectado con las realidades y demandas ciudadanas.
Sin embargo, esta renovación enfrenta importantes desafíos, desde las barreras del sistema electoral hasta la persistencia de prácticas clientelistas y la influencia de poderes económicos en la política. La calidad de la democracia colombiana dependerá, en gran medida, de la capacidad de los ciudadanos para elegir representantes que trasciendan estos obstáculos y ejerzan una representación efectiva.
“El Congreso que elijamos en 2026 tendrá la responsabilidad de legislar para un país que enfrenta desafíos complejos en materia económica, social, ambiental y de seguridad. La renovación no es solo una cuestión de caras nuevas, sino de nuevas prácticas políticas y mayor capacidad técnica para abordar estos desafíos”, concluye Eduardo Pizarro Leongómez, académico y experto en sistema político colombiano.
A medida que se acerca la fecha electoral, el debate sobre el futuro del Congreso colombiano se intensificará, con la esperanza de que la renovación legislativa contribuya a fortalecer la democracia y a construir un país más justo, equitativo y pacífico.
*Fuentes: Registraduría Nacional del Estado Civil, Observatorio de la Democracia de la Universidad de los Andes, Misión de Observación Electoral (MOE), entrevistas con expertos en sistema político colombiano y análisis de tendencias electorales.*