El pasado 31 de mayo marcó el inicio formal del proceso electoral para las elecciones presidenciales de 2026 en Colombia, con la apertura de inscripciones para los comités de recolección de firmas. Este mecanismo, que permite a los aspirantes presentarse sin el aval de un partido político tradicional, ha ganado popularidad en los últimos ciclos electorales y promete ser protagonista en la próxima contienda presidencial. La inscripción simultánea de varios candidatos el mismo día que inició el proceso evidencia una tendencia creciente hacia candidaturas independientes, lo que podría transformar significativamente el panorama político colombiano.
El auge de las candidaturas por firmas en Colombia.
El fenómeno de las candidaturas por firmas no es nuevo en Colombia, pero ha cobrado especial relevancia en los últimos años como reflejo de la crisis de representatividad que atraviesan los partidos políticos tradicionales. Este mecanismo, contemplado en la legislación electoral colombiana, permite a ciudadanos presentarse como candidatos respaldados por un número determinado de firmas de electores, sin necesidad de contar con el aval de un partido político establecido.
Para las elecciones de 2026, los candidatos que optan por esta vía deben presentar aproximadamente 630.000 firmas válidas, equivalentes al 3% del total de votos válidos en las presidenciales de 2022. Estas firmas deben ser entregadas a más tardar el 17 de noviembre de 2025, y la Registraduría Nacional tiene plazo hasta el 21 de enero de 2026 para verificar su validez.
La popularidad de este mecanismo se evidencia en el número de aspirantes que ya han iniciado el proceso. El mismo día que se abrieron las inscripciones, cuatro precandidatos formalizaron sus comités: el exministro y expresidente del Congreso Mauricio Lizcano, el exsenador y exministro David Luna, el exdefensor del Pueblo para la Salud Leonardo Huerta y el expresidente de la Corte Constitucional Jaime Araujo. A ellos se sumaron en los días siguientes la exalcaldesa de Bogotá Claudia López y el exconcejal de la capital Juan Daniel Oviedo.
Los primeros en inscribirse.
El grupo de aspirantes que inauguró el proceso de inscripción de comités para la recolección de firmas presenta perfiles políticos diversos, lo que refleja la amplitud del fenómeno y su transversalidad en el espectro político colombiano.
Mauricio Lizcano: del gobierno Petro a candidato independiente.
Mauricio Lizcano, quien hasta hace pocos meses se desempeñó como ministro de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones en el gobierno de Gustavo Petro, y previamente fue director del Departamento Administrativo de la Presidencia, inscribió su comité “Firmes con Lizcano, Colombianismo” el 31 de mayo. Su objetivo es recolectar cerca de 3 millones de firmas para asegurar su participación en la contienda electoral.
“Tomo la decisión de aspirar a la presidencia de la República porque un país dividido es un país fracasado. En la historia de Colombia, los políticos han hecho de la división una forma de hacer política y de la estratificación y del insulto hacia el otro, una forma de gobernar“, declaró Lizcano durante su inscripción. Su discurso se centra en la unidad nacional y en superar la polarización política que ha caracterizado los últimos años del país.
A pesar de haber formado parte del gobierno Petro, Lizcano ha marcado distancia con algunas políticas oficialistas, particularmente con la estrategia de paz total. Su candidatura representa un intento de capitalizar la experiencia adquirida en el gobierno actual, pero presentándose como una alternativa moderada y conciliadora.
En esta etapa inicial, Lizcano cuenta con el respaldo de figuras como Alan Jara, exgobernador del Meta, quien estuvo secuestrado durante siete años por las FARC y es considerado un símbolo de resiliencia y paz en Colombia. También lo acompañan la abogada Aileen Giovanna Ortiz y Tito José Crissien Borrero, reconocido por su labor en el fortalecimiento de la educación superior y el fomento de la inversión en ciencia y tecnología.
David Luna: de Cambio Radical a candidato independiente.
El exsenador David Luna, quien renunció tanto a su curul en el Senado como a su militancia en Cambio Radical para buscar la presidencia, inscribió su comité “Firme Luna Presidente-Sí hay un camino“. Durante sus años en el Congreso, Luna se caracterizó por ser una de las principales voces de oposición al gobierno de Gustavo Petro y fue reconocido por Cifras y Conceptos como uno de los mejores senadores.
“Hoy damos un paso firme y con convicción. Vamos a recorrer Colombia con una propuesta que una, no que divida; que construya, no que destruya. Porque sí hay un camino para recuperar la esperanza“, afirmó el exsenador durante su inscripción. Su discurso se alinea con una visión crítica del gobierno actual, pero enfatizando la necesidad de construir alternativas viables y no solo oposición.
Luna cuenta con el respaldo de figuras como Hanz Peter Nuthsen, exrector de la Universidad del Rosario; Tatiana Dangond, directora de la editorial Tirant; y el abogado Ismael Enrique Arciniegas. Su candidatura busca posicionarse como una opción de centro-derecha, crítica del gobierno actual pero con propuestas constructivas.
Leonardo Huerta: de la Defensoría del Pueblo a la arena electoral.
Leonardo Huerta, quien dejó la Defensoría del Pueblo en enero de 2025, se venía moviendo durante los últimos meses alrededor de una aspiración presidencial. Su inscripción formaliza este proceso y lo posiciona como una figura que busca capitalizar su experiencia en la defensa de los derechos de los ciudadanos.
“Entre las tareas más urgentes que nos hemos propuesto enfrentar están la superación de las crisis que atraviesa el país en materia de salud, seguridad y orden público, dado el impacto que tienen diariamente en la vida de millones de familias colombianas, lo cual he podido evidenciar escuchando de manera directa a las comunidades por todo el territorio“, aseguró Huerta durante su inscripción. Su discurso se centra en las problemáticas sociales y de seguridad que ha identificado durante su trabajo en la Defensoría.
Jaime Araujo: la experiencia jurídica al servicio de la política.
El expresidente de la Corte Constitucional Jaime Araujo, quien en el pasado ya había tenido acercamientos con la política e incluso fue candidato presidencial sin mayor eco, inscribió su movimiento “Causa Colombia“. Su propuesta tiene como eje central los derechos humanos, aprovechando su experiencia y trayectoria en el ámbito jurídico.
La participación de Araujo refleja la diversidad de perfiles que optan por la vía de las firmas, incluyendo no solo a políticos tradicionales sino también a figuras provenientes de otros ámbitos, como el judicial, que buscan aportar su experiencia y visión al debate político nacional.
Juan Daniel Oviedo: del Concejo de Bogotá a la aspiración presidencial.
Aunque no formó parte del grupo inicial de inscritos el 31 de mayo, Juan Daniel Oviedo merece especial atención por su rápida evolución política. El exconcejal de Bogotá, quien adquirió notoriedad como director del Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE) durante el gobierno de Iván Duque, inscribió su comité “Con toda por Colombia” el 3 de junio.
Oviedo, quien obtuvo un sorpresivo segundo lugar en las elecciones a la Alcaldía de Bogotá, lo que le valió un escaño en el Concejo de la capital, ha decidido renunciar a esta posición para apostar por una candidatura presidencial. Su estrategia no se limita a la presidencia, pues ha anunciado que impulsará listas propias al Senado y a la Cámara por Bogotá.
“El cambio que nos merecemos en Colombia es, antes que todo, tener gobernantes con ganas de hacer cosas. Hablar es fácil, pero hacer requiere pensar, coordinar y, sobre todo, escuchar. Para nosotros ha sido muy importante la experiencia vivida en el Concejo de Bogotá”, declaró Oviedo. Su discurso enfatiza la gestión y la acción concreta por encima de la retórica política.
Oviedo ha sido cuidadoso en distanciarse de posiciones antipolíticas: “No es un proyecto personal, eso es lo que menos necesita el país en estos momentos; es un proyecto que debe unirnos en un propósito de que la política se puede hacer bien, porque tampoco somos antipolíticos”. Esta postura refleja un intento de renovar la política desde dentro, sin caer en discursos populistas de rechazo total a la clase política.
Las estrategias de recolección de firmas.
La recolección de firmas representa un desafío tanto logístico como político para los aspirantes. No solo deben cumplir con el requisito legal de las 630.000 firmas válidas, sino que deben hacerlo en un plazo relativamente corto y enfrentando la competencia de otros candidatos que buscan el mismo respaldo ciudadano.
La experiencia de procesos electorales anteriores ha demostrado que los candidatos suelen recolectar al menos el doble de las firmas requeridas para garantizar su inscripción, ya que muchas pueden ser invalidadas durante el proceso de verificación. Esto explica las ambiciosas metas que se han propuesto algunos aspirantes, como Mauricio Lizcano con sus 3 millones de firmas o Claudia López con 1.5 millones.
Las estrategias de recolección varían según los recursos y la estructura de apoyo con que cuenta cada candidato. Algunos optan por despliegues territoriales amplios, con presencia en diferentes regiones del país; otros se concentran en áreas urbanas donde tienen mayor reconocimiento; y otros aprovechan las redes sociales y plataformas digitales para facilitar el proceso.
El éxito en esta etapa no solo depende de la capacidad logística para recolectar las firmas, sino también del reconocimiento y la valoración que los ciudadanos tengan del candidato. En este sentido, figuras con alta visibilidad mediática o con experiencia previa en cargos de elección popular parten con ventaja frente a candidatos menos conocidos.
El debilitamiento del sistema de partidos tradicional.
El auge de las candidaturas por firmas es, en gran medida, un síntoma del debilitamiento del sistema de partidos tradicional en Colombia. Los partidos políticos, que históricamente han sido los principales vehículos para la representación política, enfrentan una crisis de legitimidad y confianza que ha llevado a muchos líderes a buscar caminos alternativos para sus aspiraciones.
Este fenómeno se evidencia en casos como el de David Luna, quien renunció a Cambio Radical para lanzar su candidatura independiente, o el de Claudia López, quien se distanció de la Alianza Verde tras los escándalos de corrupción que salpicaron a varios miembros del partido. Estas decisiones reflejan tanto un cálculo estratégico individual como una percepción de que los partidos tradicionales pueden representar más un lastre que un activo en la contienda electoral.
La fragmentación del sistema de partidos tiene implicaciones significativas para la gobernabilidad futura. Un presidente elegido sin el respaldo de una estructura partidista sólida enfrentaría desafíos importantes para construir mayorías en el Congreso y avanzar en su agenda legislativa. Esto podría llevar a escenarios de mayor inestabilidad política o a la necesidad de construir coaliciones amplias y heterogéneas, con los retos que esto implica para la coherencia programática.
Las implicaciones para la gobernabilidad futura.
La proliferación de candidaturas por firmas y la consecuente fragmentación del panorama electoral plantean interrogantes sobre la gobernabilidad futura de Colombia. Un escenario con múltiples candidatos independientes podría llevar a una mayor dispersión del voto en la primera vuelta, dificultando la formación de consensos claros y obligando a alianzas de última hora para la segunda vuelta.
Además, un presidente elegido sin el respaldo de un partido político fuerte enfrentaría desafíos significativos para implementar su programa de gobierno. La experiencia reciente del gobierno de Gustavo Petro, que ha enfrentado dificultades para avanzar en su agenda legislativa a pesar de contar con una coalición en el Congreso, ilustra los retos de la gobernabilidad en un sistema político fragmentado.
Por otro lado, las candidaturas por firmas podrían contribuir a la renovación del sistema político, permitiendo la entrada de nuevos actores y visiones que enriquezcan el debate público. En un contexto de desencanto con la política tradicional, estas candidaturas podrían canalizar demandas ciudadanas que no encuentran representación en los partidos establecidos.
El calendario electoral: los próximos hitos importantes
El inicio de las inscripciones de comités para la recolección de firmas es solo el primer paso de un largo calendario electoral que culminará con las elecciones presidenciales en mayo y junio de 2026. Entre los hitos más importantes de este calendario se encuentran:
•31 de mayo de 2025: Fecha límite para que los funcionarios públicos que aspiren a la Presidencia renuncien. Se inicia el proceso de inscripción de cédulas. Comienza la inscripción de grupos significativos para la recolección de firmas.
•19 de octubre de 2025: Elección de consejos de juventud.
•26 de octubre de 2025: Día de las consultas partidistas. El Pacto Histórico sería uno de los fijos para participar. El Centro Democrático no lo descarta, aunque en el partido toman fuerza otras vías para elegir a su candidato.
•8 de noviembre de 2025: Comienzo de inscripción de candidaturas al Congreso.
•17 de noviembre de 2025: Concluye el período de recolección de firmas de candidatos.
•8 de diciembre de 2025: Se cierra el período de inscripción de candidatos al Congreso.
•8 de enero de 2026: Comienzan el sorteo y la publicación de listas de jurados de votación.
•31 de enero de 2026: Se inicia la inscripción de candidatos a la Presidencia.
•8 de marzo de 2026: Elecciones al Congreso y consultas interpartidistas.
•1 de marzo de 2026: Cierre de la etapa de inscripción de candidatos a la Presidencia.
•31 de mayo de 2026: Primera vuelta de la elección presidencial.
•21 de junio de 2026: Segunda vuelta de las elecciones presidenciales.
Este calendario marca los tiempos políticos del próximo año y establece plazos cruciales para los diferentes actores del proceso electoral. La superposición de procesos, como la recolección de firmas, las consultas partidistas y las elecciones al Congreso, añade complejidad a la estrategia de los candidatos y partidos.
Otros candidatos en el horizonte.
Además de los candidatos que ya han formalizado su inscripción, se espera que en los próximos días y semanas se sumen otros aspirantes que han manifestado su intención de participar en la contienda electoral. Entre ellos destacan figuras como el exministro de Hacienda Mauricio Cárdenas, de origen conservador, o la comunicadora Vicky Dávila.
Dávila, según algunas fuentes, habría optado por aplazar su inscripción hasta julio, enfocándose por ahora en una gira por varias regiones del país. Su estrategia apunta a consolidar respaldo territorial antes de dar el salto administrativo, con la expectativa de que el ambiente electoral sea más propicio a mediados de año.
El excanciller Luis Gilberto Murillo también confirmó recientemente que buscará la presidencia, aunque no ha detallado qué camino se propone para su campaña. A estos nombres se suman otros como Sergio Fajardo, Alejandro Gaviria, Daniel Quintero, Carlos Caicedo y Enrique Peñalosa, que evalúan sus escenarios y han iniciado labores de organización, pero aún no oficializan su participación.
Este partidor especialmente concurrido, con varias decenas de precandidatos, refleja tanto la fragmentación del sistema político colombiano como la percepción de que las elecciones de 2026 representan una oportunidad para diferentes sectores políticos tras un gobierno que ha generado altos niveles de polarización.
Los partidos tradicionales frente al fenómeno de las firmas
Mientras las candidaturas por firmas ganan protagonismo, los partidos políticos tradicionales buscan definir su papel en la contienda electoral. En el Centro Democrático, por ejemplo, no hay consenso sobre el mecanismo para escoger entre sus cinco precandidatos, lo que refleja los desafíos internos que enfrentan las colectividades.
Cambio Radical, por su parte, parece inclinarse por una candidatura de Germán Vargas Lleras, aunque no sin resistencias internas. El Partido Conservador, según algunas fuentes, no presentaría aspirante propio, pero baraja la posibilidad de negociar la vicepresidencia en una fórmula unificada de derecha. Entre los nombres en discusión están Efraín Cepeda, presidente del Senado, y Nadia Blel, directora del partido.
En el partido de La U se contemplan alternativas como el exfiscal Francisco Barbosa, aunque aún no hay definiciones claras. Por su parte, el Partido Liberal, bajo la dirección de César Gaviria, continúa insistiendo en la necesidad de construir una alianza amplia de oposición al actual gobierno.
Estas dinámicas internas de los partidos tradicionales contrastan con la aparente agilidad y decisión de los candidatos independientes, lo que podría reforzar la percepción ciudadana de que las estructuras partidistas son menos eficientes y más propensas a las disputas internas que a la acción concreta.
Un panorama electoral en transformación.
El inicio masivo de inscripciones por firmas para las elecciones presidenciales de 2026 refleja un panorama electoral en plena transformación. La proliferación de candidaturas independientes, con perfiles diversos y propuestas variadas, evidencia tanto la crisis de los partidos tradicionales como la búsqueda de nuevas formas de representación política.
Este fenómeno plantea desafíos importantes para el sistema político colombiano, particularmente en términos de gobernabilidad y estabilidad institucional. Sin embargo, también representa una oportunidad para la renovación política y la inclusión de nuevas voces en el debate público.
En los próximos meses, a medida que avance el proceso de recolección de firmas y se definan las candidaturas partidistas, se irá configurando con mayor claridad el mapa electoral para 2026. Lo que ya es evidente es que la fragmentación del panorama político será una característica central de esta contienda, con implicaciones significativas para el futuro de la democracia colombiana.